Héctor Santana, un joven de 23 años, con
Síndrome de Down, nos demostró, el pasado domingo, que los límites no existen y
que los sueños se cumplen.
Administrativo de profesión, nos
encontramos ante un ejemplo a seguir y destacar, puesto que como él mismo
argumenta: “nunca hay que decir que hay barreras ni límites”. Tras perseguir
durante mucho tiempo su ilusión de desfilar como Drag Queen por la pasarela de
Santa Catalina, Héctor ya es tendencia e historia al mismo tiempo. A pesar de
su temprana edad y las múltiples dificultades sociales que su discapacidad le impone,
su lucha, empeño, constancia e ilusión, superan cada barrera.
Denominado “Drag Trisómico”, pudimos
contemplar como él, subido a su sueño y a su ilusión, desfiló de lado a lado
del escenario, enterrando a cada paso dado, un imposible nuevo.
Queremos fomentar este tipo de noticias,
puesto que tras ellas, entre líneas, se pueden apreciar valores como el respeto,
la igualdad y la integración. No se trata de destacar esto como virtud o
novedad, sino de normalizar, promover y defender al ser humano por encima de
cualquier crítica, comentario o discriminación. Luchemos por una plena
integración de todo ser humano en ámbitos sociales, profesionales, personales,
educativos, culturales, políticos…Luchemos, pero para avanzar en el camino.
Gracias por dejar tú tus huellas Héctor.
La única diferencia entre tú y yo es que mientras yo escribo, tú cumples tu
sueño sobre unas suelas de 25 cm y un cromosoma de más.